Escribe Prof. Sebastián Varas
Si rebuscamos en nuestro inconsciente colectivo, podremos recordar esa divertida escena de la película Un argentino en Nueva York en la que el capocómico Guillermo Francella intenta pedir un poco de leche a una moza neoyorkina. Para hacerse entender, debe recurrir desde gestos extraños con las manos hasta el sonido de una vaca. ¿Alguna vez te pasó una situación similar? ¿Alguna vez intentaste comunicarte en inglés y terminaste recurriendo a las señas? ¿Alguna vez sentiste la desesperación por hacerte entender?
La lista de países que han adoptado al inglés como idioma oficial supera las ochenta naciones. Aun así, este idioma no solo nos ayudará a pedir un café con leche en Nueva York sino también en Agra, Roma, París. Si vas a viajar al exterior y tenés un dominio de la lengua inglesa, no necesitarás aprender hindi, italiano o francés. Si sabés preguntar cómo llegar a un determinado lugar, tranquilamente podrás maravillarte con el esplendor del Taj Mahal, la inmensidad del Coliseo o la majestuosidad de la Torre Eiffel.
Hablar inglés supera las ventajas para aquellos turistas afortunados que pueden escaparse unas semanas al exterior. ¿Sabías que las personas que se desempeñan en esta segunda lengua tienen muchas más posibilidades de conseguir un trabajo mejor remunerado? ¿Tenías idea de que el 28% de los libros publicados, el 56% de los sitios en Internet y el 80% de las comunicaciones empresariales de todo el mundo se dan en inglés? ¿Sos consciente que más de 600 millones de personas hablan inglés como segundo idioma y un adicional de 100 millones de personas lo utilizan como idioma en el extranjero?
Los beneficios neurológicos no pueden dejarse de lado. Según un estudio de The Journal of Neuroscience, los adultos que hablan dos lenguas desde su infancia tienen mejor flexibilidad cognitiva, es decir, tienen más facilidad para adaptarse a una circunstancia nueva o inesperada. El estudio Annals of Neurology demostró que la que gente que habla más de una lengua tiene mejores capacidades cognitivas. La American Association for Advancement of Science ha descubierto que el bilingualismo parecería funcionar como una barrera que retrasa la aparición del Alzheimer. La reolución rápida de problemas, la adaptación al cambio de tareas, la habilidad para hacer varias actividades al mismo tiempo son otros puntos a considerar.
¿Dónde aprender inglés? Si bien nuestra ciudad cuenta con diversos institutos de enseñanza, pensar cuál es la mejor opción no es tan fácil como parece. Docentes profesionales y titulados que estén debidamente preparados, aulas equipadas y modernas que cautiven a los estudiantes, actividades in situ y de extensión que provean situaciones reales de práctica son planteos básicos que uno debe tener en cuenta al momento de elegir el lugar donde aprender este idioma y las personas a quienes encomendaremos esta importantísima tarea. Después de todo, ¿a quién le gustaría terminar siendo un argentino perdido en Nueva York?